Es muy cierto que lo que uno aprende puede llevarlo por muchos lugares y experiencias, el año pasado sin planearlo ni siquiera haberlo pensado termine involucrado en un proyecto bastante interesante; hay muchos detalles que debo omitir, así que solo hablare de algunos sucesos.
Empece primero buscando a un desarrollador que supiera Grails, un amigo mío me lo pidió, fue imposible encontrarlo, así que tome ese lugar. Grails es un excelente framework, Groovy es un gran lenguaje, es una verdadera lastima que no se encuentren desarrolladores en México (luego me di cuenta que no solo en México escasean los desarrolladores en Grails).
En cuanto empece el proyecto a los 3 días estaba en el aeropuerto tomando un vuelo a Berlín, Alemania; todo fue muy rápido. No pude estar toda la semana en CampusParty por atender el proyecto. El día que tenia que irme, también debía dar curso en SynergyJ, pero el buen JJ me ayudo en las ultimas 2 horas y salí corriendo al aeropuerto ese sábado a las 5:00 pm.
El viaje fue planeado por una semana, Amelia me llevo al aeropuerto e hice todo el ritual de los viajes internacionales, que no fue tanto problema la verdad, ir a Europa es más sencillo que ir a los Estados Unidos.
El vuelo era hacia Frankfurt y de ahí debía tomar otro vuelo hacia Berlín, mi destino final. No dormí durante el vuelo, a pesar de estar cansado por haber dado curso unas horas antes, estaba muy ansioso. La llegada a Frankfurt, inmigración, sin problemas; tome mi vuelo a Berlín y llegue en menos de una hora, un domingo a las 4:00 pm.
Cuando llegue a Berlín, me acorde que no había tenido tiempo de comprar euros, solo llevaba pesos mexicanos y mis tarjetas; cero euros. Afortunadamente me toco un taxista muy amable que me dio una agradable bienvenida a Alemania. Durante el trayecto al hotel me platico de los lugares que podría visitar, así como de algunos puntos interesantes durante el trayecto, como un cruce con el muro de Berlín y la estación de trenes.
Al llegar al hotel me lleve una sorpresa mas agradable, en la recepción había un chico hispano, originario de Colombia; en cuanto me vio sabia que hablaba español, así que el check-in fue muy sencillo para mi, yo no hablo nada de alemán, solo un poco de ingles. Me explico muchas cosas, mas recomendaciones de a donde ir, que hacer, etc. El hotel se llama Adelante. El clima excelente, pleno verano.

Ya tenia planes para la noche, iban a pasar por mi para ir a cenar y conocer a las personas con las que iba a trabajar por la siguiente semana. Me bañe, descanse un poco y espere la hora de la cita. Pasaron por mi puntualmente y caminamos hacia un restaurante suizo, como a 2 kilómetros de ahí, llegue sudando, justo en el punto para tomar una cerveza, que en Alemania abunda la cerveza y soy un ávido bebedor de cerveza; mejor no se podía.
Estuvimos en la cena, dos alemanes y yo solamente. Platicamos del proyecto, de las cosas pendientes, nos conocimos un poco y tratamos de ponernos de acuerdo para el trabajo. La cena estuvo muy bien, al terminar fuimos a las oficinas (que estaban muy cerca del hotel), para saber como llegar al día siguiente y no me fuera a perder en el camino 😛
Descanse lo que pude, no puedo dormir sin Ame. Al otro día desayune en el hotel y me fui a trabajar. El equipo de trabajo era interesante, un inglés, dos griegos, varios alemanes y el mexicano; si, como los chistes. Pase la mañana entendiendo el código y el proyecto como tal, por la tarde ya estaba escribiendo código para integrar las pasarelas de pago para Latinoamérica. Las oficinas están en el centro de Berlín, en una zona conocida como Mitte, había demasiados lugares a donde ir a comer. A media semana me dijeron que debía quedarme otra semana, así que mi estancia fue de dos semanas. En las cuales casi siempre fui a comer bagels, creo que era la comida favorita de ellos. Fuimos 2 veces a un restaurante mexicano, pero la comida no tenia nada de verdadera cocina mexicana, el estilo mas bien es TexMex, muy gringo.
Había mucho que hacer, la jornada era larga, pero me di tiempo a media semana de salir a pasear, fui a la puerta de Brandenburgo a comerme unos cacahuates, porque seguía sin euros y no aceptaban American Express en muchos lugares. Ahí me encontré a algunos mexicanos, de Monterrey y Puebla, eran unos chavos que estaban estudiando por allá, me dio mucho gusto saludarlos y platicar un rato.

El fin de semana tuvimos que trabajar también, pero me di tiempo el domingo que salir de nuevo a dar la vuelta, me gusto mucho ese paseo. La siguiente semana fue muy dura en el trabajo, pero el sábado me fui de nuevo a pasear. Esa fue mi ultima noche en Berlín, de regreso al hotel, me tome unas tragos con el colombiano y el barman que es ecuatoriano, platicamos bastante, estuvo muy bien esa velada.

Al otro día regrese a México, con ganas de ya no extrañar a Amelia.